

Por su figura menuda, a Tomás Montero Torres le decían “Monterito”, un mote que al paso del tiempo trascendería la referencia al atributo físico para ser un modo cariñoso de nombrarlo, de afirmar vínculos, de cultivar la amistad. Era afable y detallista. A la gente que quiso le obsequiaba dibujos acompañados de breves dedicatorias, todo de su puño y letra. Cuentan que al llegar a su casa traía dos regalos distintos en los bolsillos de su saco –porque siempre iba a trabajar de traje y con pañuelo en el bolsillo, como lo dictaba la elegancia de la época– en el de un lado caramelos para sus hijos, en el otro chocolates para su esposa.




Quizá mucho de ese espíritu es el que hizo que lograra gran empatía con los niños y ésta se reflejará en las fotografías donde los captó, lo mismo en sus encuentros cotidianos que en regiones indígenas, orfanatorios e incluso en las experiencias del viaje. Los niños le miran, le sonríen… Esta es solo una pequeña muestra de un tesoro mayúsculo que, sobre niños, se halla en su legado fotográfico. Son otra forma de ver su corazón amoroso.

Extraordinaria y muy sensible perspectiva de nuestro México y nuestra gente; a través de la lente de un maestro de la imagen:
Don Tomás Montero Torres.
Mirada singular para captar estas imágenes. Gracias al maestro Montero por legarnos estos vibrantes testimonios.
Es maravilloso ver reflejada la inocencia en los niños ricos, pobres , en estas fotografías. De Monterito estáticos en el tiempo. Graciasor compartirlo
Muy hermosas siempre son las imágenes de los niños,por su frescura e inocencia entre otras muchas bellezas tan maravillosamente captadas por el magistral lente de Don Tomas Montero.
Seguimos de sorpresa en sorpresa con la versatilidad temática del maestro Montero, gracias al trabajo de rescate de su obra emprendido por sus nietas. Debido a esta labor, ahora lo conozco mejor y lo admiro más.
No solo nos maravilla por su sensibilidad, sino que también nos permite echar una ojeada al México que no ha cambiado. Y sin embargo seguimos trabajando con la viva esperanza de que pronto seremos un país con justicia.
Pequeños pescadores y Tejiendo a orilla del lago son dos imágenes emblemáticas del notable fotógrafo mexicano Tomás Montero…
Gracias por compartirnos estas imágenes, seguro los niños ya son todos adultos, y les encantará, encontrarse en las fotos, si lo hacen ojala, se identifiquen
Fascinante! Es una labor encomiable que nos hace reconocer el gran valor del trabajo, la pasión por el mismo y la importancia de la historia de una sociedad. Gracias por ese legado.
MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR LAS VIVENCIAS DEL MAESTRO MONTERO. EL PASADO SIGUE SIENDO PRESENTE. EN LA ACTUALIDAD, NO CAMBIA????
La curiosidad, la inocencia, la alegría y el desenfado captados magistralmente por la cámara de Monterito. Al final una foto de él como un niño más que cabalga en un brioso corcel.