Hace 101 años, en la Ciudad de México nació un comediante que marcó una época en las carpas y la cinematografía nacional y mundial, admirado incluso por talentos de la talla de Charles Chaplin. Para rememorarlo, Guido Montero, miembro del colectivo de Diseño Mothographics, se abocó a darle color a una fotografía tomada en blanco y negro por Tomás Montero Torres. Les compartimos el asombroso resultado, y su siguiente reflexión. Al final la fotografía original, para que disfruten de ambas…
“En una fecha tan especial -con las voces de los mexicanos calladas por sistemas transnacionales, nepotismo, la autoridad controlando los medios..- y más allá de todas nuestras tragedias, existe un mexicano en especial que siempre tendrá un lugar en los corazones y en nuestras costumbres, siendo ahí donde radica toda la naturaleza y la inspiración de lo que para nosotros significa Cantinflas.
Deja un legado para los mexicanos, entendiendo que lo más hermoso de la vida es sonreír. Hoy lo recordamos con motivo del 101 aniversario de su natalicio. A mi me inspiró traerlo con un color que solo él podría ver gracias a los avances digitales e informáticos. Lo considero una inspiración para muchos, un ejemplo de ética y moral. Siendo un país con una realidad tan lúdica, resulta magistral poder ser mexicano y conocer su legado como acervo a nuestra cultura e icono de nuestro país, a través del tiempo.
Gracias a los archivos históricos de Tomás Montero Torres, autor de la foto, por darme la oportunidad de poner un granito de arena en la conmemoración de esta fecha.
Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado, nos decía: Fortino Mario Alfonso Moreno Reyes Mejor, conocido como Cantinflas.”
(*) Guido Montero es un joven diseñador, con un apellido homónimo al fotorreportero cuyo acervo preservamos. Para el equipo del Archivo Tomás Montero Torres es un honor su interés por el cúmulo de fotografías, y el aporte que hizo al ofrecernos otra visión de una imagen clásica del gran mimo de México.
Desconozco qué hizo Cantinflas como carpero, pero me parece que en el cine tuvo dos épocas: una esplendorosa y con la que me quedo para recordarlo, y otra decepcionante en que se convirtió en mensajero de no sé quién para dar buenos consejos al pueblo en lugar de hacer arte con buen humor, como en su primera etapa. La fotografía me parece igualmente admirable en cualquiera de las dos versiones de los maestros Montero.