Si te interesa contribuir a difundir la obra fotográfica de Tomás Montero Torres, ¡lo agradecemos desde ahora! Pero recuerda mencionar siempre al autor de las fotografías y el acervo a donde pertenecen.

Si lo que deseas es tener acceso a las imágenes para utilizarlas en un libro, un video u otro soporte, contáctanos.

También existe la posibilidad de que adquieras impresiones en papel de primera calidad libre de ácido, de las imágenes de tu preferencia, incluyendo un certificado de origen.

Poesía sí eres tú (*)

Elena Guiochins

PRIMERA REVELACIÓN

LA CHAYOTA: La vida no es mucho. Sólo cinco fotos.

Destello de luz. Flashazo de lámpara al tomar fotografías.

ROSARIO: Primera fotografía: Álbum de familia: Los Castellanos: Mi padre: El ingeniero Don César, 42 años, un hombre de amplia cultura, heredó dinero y poder político. Mi madre: Doña Adriana Figueroa, 22 años, apenas poseía los conocimientos elementales. Su matrimonio fue producto de una negociación y no del enamoramiento o el libre albedrío. Los apodaban “los quedados”. Mi hermano menor: Mario Benjamín, Minchito, murió siendo niño, mis padres se abismaron en un duelo desmesurado… y yo. Estamos en Comitán, en la finca El Rosario.

BELLA DAMA SIN PIEDAD: Segunda fotografía: Su nana Rufina, una mujer tzeltal picada de viruelas, le está enseñando su lengua en la cocina de su casa en Comitán.

LA CHAYOTA: Tercera fotografía: Su amiga Lolita Castro, un grupo de amigos  y Rosario, afuera del edificio de Mascarones, en la Facultad de Filosofía y Letras. Ahí están sus amigos nicaragüenses: Ernesto Cardenal y Ernesto Mejía Sánchez. ¡También Carlos Illescas y Augusto Monterroso! ¡Qué época!

ROSARIO: Cuarta fotografía: El día de mi boda con Ricardo Guerra.

BELLA DAMA SIN PIEDAD: Quinta fotografía. Su hijo Gabriel y Rosario en Jerusalén.

LA CHAYOTA: ¡Hay una foto más!

BELLA DAMA SIN PIEDAD: No recuerdo haberme tomado esa foto.

ROSARIO: ¿Qué hace mi nombre tan grande en la marquesina del cine Lido?

BELLA DAMA SIN PIEDAD: No es el cine Lido. Ahora es una librería del Fondo de Cultura Económica.

LA CHAYOTA: Y lleva tu nombre.

ROSARIO: ¡Qué desperdicio! Ponerle el nombre de una venida a menos a una librería!

BELLA DAMA SIN PIEDAD: Extraña esencia la tuya, Rosario.

ROSARIO: ¿Por qué? Para mi escribir ha sido, más que nada, explicarme a mí misma las cosas que no entiendo. Nunca me sentí excepcional.

BELLA DAMA SIN PIEDAD: Pues aunque nunca te hayas sentido excepcional, serás recordada Rosario Castellanos.

ROSARIO: Yo no entiendo el descubrimiento de una vocación literaria como un acto de la inteligencia a la que se le revela un hecho que hasta entonces había permanecido oculto y que, a partir de entonces, queda expuesto a la evidencia, sujeto a las leyes del desarrollo, tendiendo siempre a la consecución de la plenitud. No, yo entiendo el descubrimiento de una vocación literaria como un fenómeno que se sitúa en estratos mucho más profundos, mucho más elementales del ser humano: en los niveles en los que el instinto encuentra la respuesta, ciega pero eficaz, a una situación de emergencia súbita, de peligro extremo. Cuando se trata de un asunto de vida o muerte en que una persona se juega todo en una carta… y acierta.

BELLA DAMA SIN PIEDAD: Eres un caso insólito en la literatura mexicana.

ROSARIO: ¡Y en mi familia lo soy aún más!

(*) Fragmento de una lectura dramatizada realizada el 2 de agosto de 2009 en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, que se reproduce con autorización de la autora.

(*) Fecunda, creativa, hermosa y extraordinario ser humano, Elena Guiochins también es dramaturga, directora escénica y docente. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autora de más de quince obras teatrales, casi todas publicadas y estrenadas, entre las que destacan: Mutis, Plagio de palabras, Juan Volado, Bellas Atroces, Caída Libre, Desmontaje Amoroso y Prendida de las Lámparas. Acreedora (en dos ocasiones) del Premio Oscar Liera y también del Premio Nacional de Dramaturgia para niños, entre otros. Como dramaturga ha participado en diversos Festivales Internacionales como la Mousson d`eté, y el Neue Dramatik de la Schaubühne. Ha sido becaria del Fonca en varias ocasiones y de programas de Residencia Artística en Canadá y E.U. Recientemente participó en el programa de intercambio con el Lark Play Development Center en Nueva York.

7 Comentarios en “Poesía sí eres tú (*)”

  1. Me siento casi de la familia!
    Sigan con esta página para que nunca nos falte la compañia de la historia suya, que es la historia nuestra.

    Gracias por este hermoso regalo!

    • Me encanta a mi también la cita a la gran Dolores Castro. Tuve el honor de ser colega suyo en el claustro de maestros de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, y fue sinodal en el examen profesional de una de mis hijas. Y tuve también el honor de ser allí, alumno del maestro Tomás Montero.

  2. No sé por qué no había visto esta nota. Formidable acompañar las imágenes de Don Tomás sobre Rosario Castellanos, con las palabras de Elena Guiochins, quien nos ha redescubierto a Rosario Castellanos, gracias a una de las obras de teatro más brillantes que he visto “Prendida de las lámparas” Gracias Niñas Montero y Elena, por unir y compartir, imagen y palabra.

  3. Mis sinceras felicitaciones por el esfuerzo realizado en tan extraordinario trabajo de rescate y difusión.Mi agradecimiento por permitirme disfrutar de tan bellas y nostálgicas imágenes. De la dramaturaga Elena, solo puedo decir que me siento muy afortunado de ser su padre.

  4. Rosario. Mira tu sweater gastado en el codo. Cuánto lo usaste, cuánto te acompaño Rosario para escribir tus dolores, tus placeres, tu compasión. Y tu blusa de seda y tu cara redonda y tus cabellos cortos y tu mirada limpia, franca, buena, dulce. Tu sencillez siempre transparente y tu grandeza inocultable. Rosario Rosa y Río.
    Miro a Gabriel en tu mirada al que le dueles, el que te quiere. Rosario, Rosa y río… las ´cuentas´ de tu verbo repiten siempre, siempre los mismos amores, los mismos dolores, porque eres una y única y plural y sencilla, como un rosario, como la rosa y como el río.

Deja un comentario