PRIMERA REVELACIÓN
LA CHAYOTA: La vida no es mucho. Sólo cinco fotos.
Destello de luz. Flashazo de lámpara al tomar fotografías.
ROSARIO: Primera fotografía: Álbum de familia: Los Castellanos: Mi padre: El ingeniero Don César, 42 años, un hombre de amplia cultura, heredó dinero y poder político. Mi madre: Doña Adriana Figueroa, 22 años, apenas poseía los conocimientos elementales. Su matrimonio fue producto de una negociación y no del enamoramiento o el libre albedrío. Los apodaban “los quedados”. Mi hermano menor: Mario Benjamín, Minchito, murió siendo niño, mis padres se abismaron en un duelo desmesurado… y yo. Estamos en Comitán, en la finca El Rosario.
BELLA DAMA SIN PIEDAD: Segunda fotografía: Su nana Rufina, una mujer tzeltal picada de viruelas, le está enseñando su lengua en la cocina de su casa en Comitán.
LA CHAYOTA: Tercera fotografía: Su amiga Lolita Castro, un grupo de amigos y Rosario, afuera del edificio de Mascarones, en la Facultad de Filosofía y Letras. Ahí están sus amigos nicaragüenses: Ernesto Cardenal y Ernesto Mejía Sánchez. ¡También Carlos Illescas y Augusto Monterroso! ¡Qué época!
ROSARIO: Cuarta fotografía: El día de mi boda con Ricardo Guerra.
BELLA DAMA SIN PIEDAD: Quinta fotografía. Su hijo Gabriel y Rosario en Jerusalén.
LA CHAYOTA: ¡Hay una foto más!
BELLA DAMA SIN PIEDAD: No recuerdo haberme tomado esa foto.
ROSARIO: ¿Qué hace mi nombre tan grande en la marquesina del cine Lido?
BELLA DAMA SIN PIEDAD: No es el cine Lido. Ahora es una librería del Fondo de Cultura Económica.
LA CHAYOTA: Y lleva tu nombre.
ROSARIO: ¡Qué desperdicio! Ponerle el nombre de una venida a menos a una librería!
BELLA DAMA SIN PIEDAD: Extraña esencia la tuya, Rosario.
ROSARIO: ¿Por qué? Para mi escribir ha sido, más que nada, explicarme a mí misma las cosas que no entiendo. Nunca me sentí excepcional.
BELLA DAMA SIN PIEDAD: Pues aunque nunca te hayas sentido excepcional, serás recordada Rosario Castellanos.
ROSARIO: Yo no entiendo el descubrimiento de una vocación literaria como un acto de la inteligencia a la que se le revela un hecho que hasta entonces había permanecido oculto y que, a partir de entonces, queda expuesto a la evidencia, sujeto a las leyes del desarrollo, tendiendo siempre a la consecución de la plenitud. No, yo entiendo el descubrimiento de una vocación literaria como un fenómeno que se sitúa en estratos mucho más profundos, mucho más elementales del ser humano: en los niveles en los que el instinto encuentra la respuesta, ciega pero eficaz, a una situación de emergencia súbita, de peligro extremo. Cuando se trata de un asunto de vida o muerte en que una persona se juega todo en una carta… y acierta.
BELLA DAMA SIN PIEDAD: Eres un caso insólito en la literatura mexicana.
ROSARIO: ¡Y en mi familia lo soy aún más!
(*) Fragmento de una lectura dramatizada realizada el 2 de agosto de 2009 en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, que se reproduce con autorización de la autora.
(*) Fecunda, creativa, hermosa y extraordinario ser humano, Elena Guiochins también es dramaturga, directora escénica y docente. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Autora de más de quince obras teatrales, casi todas publicadas y estrenadas, entre las que destacan: Mutis, Plagio de palabras, Juan Volado, Bellas Atroces, Caída Libre, Desmontaje Amoroso y Prendida de las Lámparas. Acreedora (en dos ocasiones) del Premio Oscar Liera y también del Premio Nacional de Dramaturgia para niños, entre otros. Como dramaturga ha participado en diversos Festivales Internacionales como la Mousson d`eté, y el Neue Dramatik de la Schaubühne. Ha sido becaria del Fonca en varias ocasiones y de programas de Residencia Artística en Canadá y E.U. Recientemente participó en el programa de intercambio con el Lark Play Development Center en Nueva York.