¿Alguno de ustedes puede imaginar vivir en una cueva? Yo veo estas seis imágenes tomadas por mi abuelo, Tomás Montero Torres, y se me despiertan muchas emociones. Primero, me impacta saber que esta familia no es parte de un pasado que quedó registrado, muy probablemente, con el afán de visibilizar una circunstancia que exigía mover conciencias, ¡y acciones! La pobreza en nuestro país se desparrama en números y modos de manifestarse; duele pensar que es un hecho que se nombra con estadísticas que deshumanizan, y que sus efectos nos han mellado como una sociedad que aspiraba a una calidad de vida que, si no es con todos, difícilmente podrá concretarse.
También trato de imaginar qué habrá sido de cada uno de los miembros de esta particular familia. En su precario vivir se perciben lazos complejos de cultivar. Hay una figura paterna que se impone, un afán por proteger a los menores, un orden minúsculo -un sitio para el anafre, para los petates, para los zapatos de calle, para el sombrero…-. ¿Qué alimentos sencillos se habrán cocinado ahí? Habitar en las entrañas de la montaña, ¿les brindaría una sensación de refugio? Surgimos de la tierra para retornar a ella; el tiempo de estancia aquí, no para todos es medido con la misma vara….
¿Hasta dónde habrán ido a abastecerse de agua? Ese líquido que apacigua casi cualquier sed, y ante cuya ausencia todos desfallecemos. Imagino que lejos, dada la dura resequedad que se adivina en techos, paredes y pisos de esa cueva, vuelta a fuerza de necesidad humilde casa.
Y aunque sobre los hombros frágiles la carga por nacer en medio de carencias es casi tan natural como la propia piel, la risa de los niños siempre es fácil, traviesa, cómplice… Ojalá además fuera pasaporte para otros universos, donde los sueños no se evaden al despuntar el día y los anhelos dan certezas.
Mirándolos a ellos también miro los ojos de mi abuelo. Tendría quizá mi edad -o poco más- cuando llevó su andar hasta la entrada de la cueva para presentarse con tiento, conocerlos, quizá compartir una tortilla con salsa, saberse los nombres, vibrar su corazón al unísono de ellos… Apachurrarse un poco el alma antes de hacer las fotos.
¡Ah, esta imagen! Pienso que la tomó al final, ya por irse. Esta mujer sola y firme, guarecida dentro de sí misma con el rebozo extendido, mirando su presente y, quizás, deseando otro futuro para sus hijos.
Guauuu! Imagenes muy conmovedoras e impactantes… fuertes. MUY FUERTES !
De desolación y denuncia social!
Pero siempre con la calidad fotográfica que distinguió a tu abuelo. Felicidades una vez más por ese archivo…
Cala el alma , y me hago la misma pregunta que fue de ellos, impresionante trabajo de su Sr. Abuelo Don Tomás Montero
MARTHA PATRICIA MONTERO… MUCHAS GRACIAS POR COMPARTIR ESTE ACERVO CULTURAL DEL SR. TOMAS MONTERO. ME PARECE EXCELENTE EL ARTICULO Y EL CONTENIDO DE LAS FOTOGRAFIAS, MISMAS QUE MUESTRAN LA CRUDA REALIDAD DE NUESTRO PAIS, MÉXICO, EN PLENO SIGLO XXI. FELICIDADES. SALUDOS, EDUARDO VERTIZ.
Las imágenes hablan por sí solas y no puedo más que conmoverme y sentir impotencia ante esta realidad, que pese a que las fotos son de hace varias décadas, mi amado México sigue sufriendo.
Ojalá que las fotografías nos lleven a la empatía, compasión, amor y a hacer algo por el prójimo.
Imágenes que hablan de una realidad que supera las palabras y los discursos.
Felicidades Martha y a todo el equipo del TMT.
Las imágenes parecen corresponder a algún sitio distante de toda urbanización, pero aquí (en el DF) hace décadas conocí también varias cuevas habitadas en un sitio llamado Belén de las Flores. Eso sí, deben haber tenido servicios de colonia pues se veían hasta antenas de televisión. Ni comparación con la miseria que se aprecia en estas fotos.
Felicidades por mantener este esfuerzo de difusión del trabajo del maestro Tomás Montero.
Un título muy acorde a las imágenes
Sí, como escuché decir a una amiga: sólo juntos podremos salir adelante, nadie se salva solo, aunque el egoismo nos lleva a creer que si.
Es un hermoso regalo el descubrir cada fotografía de mi grandioso tío. Estas conmovedoras imágenes tienen mucho que decir, coincido en tus reflexiones y emociones querida Martha, con esa empatía que nos une, como gotitas de sangre que somos.
Las vertientes de las interpretaciones, pueden dar testimonio de diversas historias… muchos temas, mucha tela de donde cortar.
Un abrazo y felicidades a todas por su trabajo constante en el archivo.
Impresionante la pobreza. El Barón Humboldt, en su viaje a México, dijo” la pobreza en México es un espectáculo”…. cientos de años después sigue siendo algo vivo e impactante!!
Yo vivo en Belen de las flores, efectivamente, las cuevas fueron habitadas, en una de ellas vivió mi padre, lo que se, es que estaban bien adecuadas, pero al ver estas imágenes me pregunto si serán las mismas Cuevas! Que padre que las compartas!!!!