Con motivo de las fotografías que Tomás Montero Torres le tomó a Francisco Gabilondo Soler, también conocido como Cri Cri, el Grillito Cantor, quiero compartirles una carta dirigida a Rosario Patiño, quien fue esposa y su representante artística durante 50 años. Fue escrita en 1940, exactamente un 21 de noviembre, en Buenos Aires, Argentina, donde Gabilondo intentó conseguir éxito, pues por rumores de varios artistas, como Pedro Vargas, aquella ciudad era “un lugar seguro para los creadores y compositores”.
Cabe mencionar que Francisco Gabilondo Soler ya contaba con un nombre reconocido en la República Mexicana, pues su inicio en la XEW fue en 1934. Pese a ello, sobre aquel viaje para probar fortuna muchas personas se preguntaban, “¿por qué fue a buscar suerte a ese país sureño?”. La respuesta es que era la víspera de la segunda Guerra Mundial, lo que provocó que se cambiara radicalmente la programación de esa emisora radiofónica. Los noticieros se proyectaban como los espacios centrales para generar recursos económicos, lo suficientemente importantes, y en consecuencia vino la decisión de no sostener más el programa del Grillito Cantor en horario preferencial. Claro que la convocatoria de audio–escuchas para los temas compuestos por Gabilondo mostraba que no demeritaba el interés, pero la emisora requería incrementar sus ingresos y llenar los espacios con los patrocinadores más pudientes. Así fue ese periodo… Buenos tiempos para unos y no tanto para otros.
En lo personal, desconozco la situación en México durante la permanencia del Grillito Cantor en tierras pamperas, pero sí puedo emitir una precisión en cuanto a la situación de la familia Gabilondo y lo que acontecía con Rosario Patiño, repito, su representante artística y, como tal, quien producía y vendía diferentes programas radiales de aquel entonces. Como ven, ella mantenía las responsabilidades de su puesto, pero al mismo tiempo otras no menos importantes: las que significan sacar adelante a una familia. Con lo que percibía, económicamente hablando, ayudaba a sostener su hogar junto con su suegro, quien vivía y compartía todo lo que podía con los hijos del matrimonio de Francisco Gabilondo y Rosario Patiño. Podríamos decir que aquel aventurado viaje a Argentina fue patrocinado, casi en su totalidad, por Charito, como le decían a Rosario de cariño.
Regresando a la carta citada, ahí Gabilondo describe su situación en Buenos Aires y le informa a su esposa que ha recibido algunas cosas de México. Además, describe un asunto que todavía no podía resolver, relacionado a una emisora de radio bonarense, donde era posible que él llegara a tener una breve intervención, aprovechando su estancia en esa ciudad. Cabe destacar que, en esos años, los empresarios argentinos le daban prioridad a artistas nacionales, difícilmente volteaban a ver a los extranjeros, así que Gabilondo también cuenta acerca de la hostilidad de los artistas locales, que podrían mermar toda posibilidad de acción.
Lo que Francisco Gabilondo permite ver entre esas líneas es su interés de reunir algo de dinero para llegar a Santiago, capital de Chile, y así de plaza en plaza emprender su retorno a su país natal, México. Considero de tal importancia revelar un fragmento escrito por él que dice:
“Mi gran error fue dedicarme a este género. Nadie me toma en serio pues tengo que tratar con hombres y no con niños…”
Continuo con otros aspectos importantes de la misiva, que denotan la esencia de Gabilondo:
“Además, aquí tienen muy poco de sentimentales, sólo les gusta lo del relumbrón y la única ilusión de esta gente es ‘hacer plata’…”
La apreciación que Gabilondo comparte en esas dos frases era muy clara. La primera fue a título propio, mientras que la segunda describe el ambiente en el medio de los músicos, en una determinada época de adversidades económicas que, quiero pensar, pudo afectar a otros músicos y compositores. Por ello Francisco Gabilondo describe a Buenos Aires como una ciudad materialista, ajena a temas delicados, con total diferencia a su esencia.
Casi al finalizar la carta le pide a su esposa que no envíe mas dinero y que, solamente en caso de un grave apuro, él se lo solicitaría, dejando en conocimiento su incomodidad por una posible deuda que podría generar su causa. Aquí quiero enfatizar esta última palabra –su causa– pues es sabido que Gabilondo describía muy bien el sentido de cada concepto que plasmaba, y su causa definitivamente fue seguir incansablemente con su obra, sin importar las distancias, las diferencias de opiniones y circunstancias.
Este documento también describe otras situaciones de carácter familiar, que omito por cuestiones personales. Pero en este afán de compartir con ustedes, finalizo escribiendo tal cual la última parte de la misiva, pues el amor y la preocupación por su familia debe ser mostrada:
“Abraza a nuestros chiquitos y llénalos de besos; un gran abrazo para mi papá. Los quiero mucho y me acuerdo de ustedes… Estoy asustado con lo de que Jorge está aprendiendo a volar; por favor Charito, no me compliques más mi cabeza porque no estoy ahí con él”.
Jorge era el hijo primogénito de Rosario y de Francisco, y junto a su hermana Diana fueron los primeros niños que escucharon al Grillito Cantor. Además, les cuento que Jorge fue mi papá, quién me enseñó a volar.
Oscar Gabilondo es nieto de Don Francisco Gabilondo Soler, Cri Cri, y presidente de la Fundación homónima, abocada a promover el desarrollo integral y artístico de los niños de México. En el Archivo Tomás Montero Torres nos sentimos muy honrados por su valiosa colaboración, y por haber compartido con todos nuestros lectores fragmentos de una carta valiosa y familiar.
Personalmente conocí a Jorge y a su esposa Carmen Vizcayno (amiga queridísima)… Me emocioné leyendo éstas anécdotas de la Familia Gabilondo….. Vaya para todos los que quedan mis sinceras felicitaciones por continuar con el Hermoso legado del inolvidable CRI CRI……
Mi querida Cristina, muchas gracias por todos tus recuerdos donde siempre estás tú. Te envío un beso grande.
¿Qué será el teclado de abajo? ¿Un armonio? ¿Qué estudios serán? En esa época se grababa todo en una sola toma, de corrido. Seguramente monofónico.
Don Ricardo, la imagen fue captada en el estudio de la XEW Radio, lugar donde Francisco Gabilondo Soler trabajó durante 27 años.
Los programas se transmitían en vivo y solamente se hacia una grabación que era un testigo de aquél programa, por supuesto que todo era en una sola toma, con errores y todo lo que percibían aquellos micrófonos.
La Fundación Francisco Gabilondo Soler, Cri Crí conserva esos testigos en carrete abierto. Fueron grabados en un sistema monoaural.
Reciba un cordial saludo.
Magníficas fotografías del maestro Montero sobre un artista en su estudio, lo cual no es frecuente ver, y muy valioso el artículo para documentar algo más de la vida del inolvidable Cri-Cri.
Aparte del contexto histórico, veo que los fenicios y sus vecinos llevaron la vocación crematística a todo el mundo, y además me da curiosidad por saber si después de la IIGM llegó a ser conocido Cri Cri en Buenos Aires.
Recuerdo que, en la W de los 40-50 (NO 40’s o 40s, por favor), sólo había música para los mayores y el Grillito para nosotros, los muy niños (y no todos, niños catedráticos, a quienes también oí en la radio).
Una felicitación más para la cosecha, estimada Martha, y un saludo a Oscar Gabilondo aunque no tenga el gusto de conocerlo.
Estimado Sr. Aspiros Villagómez, le comento que después de la segunda Guerra Mundial, el Grillito Cantor no tuvo más que los recuerdos de aquél lugar, recuerdos que están plasmados en dos Tangos: Che Araña y Tango Medroso. Es probable que algunas personas tengan conocimiento de Gabilondo por su importancia en México, pero nada más.
Aprovecho para felicitar de la misma manera a Martha Montero.
Reciba un cordial y atento saludo.
Gracias Martha, como siempre un disfrute las fotografías de tu abuelo y el texto de Oscar Gabilondo entrañable. Soy una mujer que creció con Cri Cri, que mi madre me contaba de su programa de radio cuando ella era pequeña, le tengo un gran cariño y forma parte de mi bagage cultural sin duda. Saludos
Me encantaba Cri Cri, Lo recuerdo de niña y hasta ahora conozco la linda y educativa historia. Gracias
Buenos días, soy Rolando Tamayo Rodríguez, hijo de José Luis Tamayo Barbosa (creador de la imagen gráfica de Cri-Crí). Quiero comentarles que en el año 1979 (cuando yo tenía 17 años), tuve la oportunidad de conocer al sr. Jorge Gabilondo Patiño, pues yo quería que mi papá mantuviera contacto con quienes hacían los materiales gráficos de Cri-Crí. Logré contactarlo en una editorial que tenía en la calle de Orizaba (vaya coincidencia), en la col. Roma. Recuerdo que Jorge Gabilondo era un señor muy amable y físicamente se parecía mucho a su padre, Francisco Gabilondo. Era algo calvo y después de un rato de hablar, se le iba yendo la voz, por lo que tenía que descansar algunos momentos para recuperar el aliento y poder continuar con la plática. Le conté al sr. Jorge Gabilondo que mi papá había realizado el diseño de Cri-Crí que se ha usado desde 1962, e incluso le llevé el boceto que hicieron mis padres del álbum “Cuentos y Canciones de Cri-Crí”. El sr. Jorge Gabilondo me trató excelentemente y tuvo la paciencia de enseñarme muchos cuentos y libros que había coordinado. Incluso, me dijo que él había hecho algunas ilustraciones. Y se mostró interesado en conocer a mi papá. Días después, fuimos mi padre y yo a verlo y platicamos durante mucho tiempo. Finalmente, el sr. Jorge Gabilondo y mi padre acordaron en que harían algunos materiales de Cri-Crí. Hubo una o dos juntas posteriores, todas muy amenas y llenas de anécdotas, pero desafortunadamente no se pudo hacer ya nada, pues al sr. Jorge Gabilondo le sobrevino la muerte. Descanse en paz, fue un hombre del que yo sentí un especial afecto y respeto, pues siempre me trató muy bien.
Varios años después, en 2004, supe que el sr. Tiburcio Gabilondo era el heredero de los derechos autorales de Cri-Crí, y acordé una cita para visitarlo junto con mi padre, en sus oficinas de Gabsol, en la calle de Pennsylvania, en la col Nápoles. Sin embargo, nos dijo que no pensaba hacer nada y, que en caso de hacer algunos materiales, “él nos hablaría”. Pasaron varios años, y en 2009 lo contacté nuevamente, pero me dio la impresión de que no desea tener ningún trato con mi padre, y nos dio a entender que él es el dueño del dibujo de Cri-Crí. Sin embargo, eso no es así, ya que mi padre es el verdadero autor de la imagen gráfica del grillo que todos conocemos en México. Al respecto, ustedes pueden ver mayor información en el link: http://niktelegal.blogspot.mx/2015/02/jose-luis-tamayo-barbosa-creador-del.html
Cualquier duda o comentario estoy para servirles en el correo: tamayocrea@gmail.com y en el celular 662-345-9503
Muchas gracias por su atención,
Rolando Tamayo Rodríguez